Un concepto que ha llegado a ser determinante y omnipresente en nuestra sociedad es la modalidad ‘as a Service’, es decir, la perspectiva por la que todo puede ser reconcebido y rediseñado “como un Servicio”, desde nuevos modelos de negocio innovadores hasta el consumo de productos y servicios. El mundo de las finanzas, y la banca en particular, ha reconocido sus potencialidades y está explorando un nuevo modelo de banca como servicio, marcando la difusión a nivel internacional de Banking as a Service (BaaS).
El primer aplicativo del ‘como Servicio’ fue el software, allá por el año 2000, seguido por las plataformas de modelo Paas (Platform-as-a-service) que permiten a las empresas gestionar sus propias aplicaciones sin tener que hacerse cargo de la infraestructura in situ. Poco después han surgido las IaaS (Infrastructure-as-a-service), que obvian la necesidad de disponer de infraestructuras como centros de datos, servidores y otros componentes hardware facilitando su alquiler, lo que evita tener que instalarlos de forma independiente.
La llegada de la nube ha abierto las puertas al modelo Todo como Servicio (o Everything-as-a-Service) que consiste en virtualizar todos los aspectos relacionados con la infraestructura informática, de hardware y software, volviendo accesibles todos estos servicios a través de la web con una reducción de costes y un aumento de la flexibilidad, por ejemplo en términos de almacenamiento o potencia de cálculo.
Cuando el concepto de ‘as a Service’ comenzó a ponerse de moda, empresas innovadoras y jóvenes aprovecharon la oportunidad para construir un negocio basado en la falta de tener que poseer un activo, sea eso un coche como en el caso de Uber, o una vivienda como en él de Airbnb. Estos dos casos tan conocidos representan en efecto un mundo de start-ups y empresas innovadoras que, con su nuevo enfoque de negocio ‘como Servicio’, han dado lugar al fenómeno de la “servitización”, por el que se ha pasado de la venta de un producto o servicio a la prestación de un paquete de varios productos y servicios combinados entre sí para resolver problemas y satisfacer las necesidades de los clientes de forma ágil y flexible a pesar de sus cambios.
Junto con el modelo ‘as a Service’, en muchos campos se ha afirmado el concepto de pay per use, que describe los servicios otorgados bajo la lógica del pago por el uso que hacen los usuarios, sin necesidad de volverse propietarios de dichos servicios.
El mundo bancario está en constante búsqueda de innovaciones y desarrollos que le permitan responder de forma mejor y más rápida a las necesidades de los clientes, evitando a la vez perder relevancia frente a nuevos actores más jóvenes y competitivos. En este contexto, el enfoque como Servicio ha abierto una nueva vía: Banking as a Service (BaaS).
Este término se refiere hoy a un proceso de-extremo-a-extremo que garantiza la ejecución de principio a fin de cualquier servicio financiero, disponible bajo demanda y realizado en un plazo determinado. Los tres aspectos son significativos y deben darse para poder hablar de Banca como Servicio. La aplicación del modelo ‘as a Service’ en este sector está en alza: a finales de 2023, el mercado global de servicios BaaS superará los 614.000 millones de dólares, con una CAGR de más del 19% respecto a 2022.¹
Con esta nueva forma de prestar servicios financieros, los pagos, los préstamos, los servicios de gestión del ahorro ya no se distribuyen en exclusiva a través del canal bancario tradicional, sino que pasan a ser accesibles a través de una serie de canales digitales. Esto se traduce en servicios mucho más prácticos y rápidos, prestados en tiempo real. Se trata de una auténtica revolución no sólo para los bancos, sino también y sobre todo para las entidades que, sin ser bancos, pueden adoptar esta nueva forma de ofrecer servicios financieros proponiéndolos a distintos segmentos de usuarios para atenderlos mejor.
Global Banking-as-a-Service (BaaS) Market Report 2023 | Research & Markets, octubre de 2023.